Brida SPA Novela Capítulo Uno --Quiero aprender magia--dijo la chica. El Mago la miró. Jeans descoloridos, camiseta, y el aire de desafío que toda persona tímida acostumbra a usar cuando no debía. <>, pensó. Y, a pesar de esto, sabía que estaba delante de su Otra Parte. --Mi nombre es Brida--continuó ella--. Disculpe por no haberme presentado. Esperé mucho este momento, y estoy más ansiosa de lo que pensaba. --¿Para qué quieres aprender magia?--preguntó él. --Para responder algunas preguntas de mi vida. Para conocer los poderes ocultos. Y, tal vez, para viajar al pasado y al futuro. No era la primera vez que alguien iba hasta el bosque para pedirle esto. Hubo una época en que había sido un Maestro muy conocido y respetado por la Tradición. Había aceptado varios discípulos, y creído que el mundo cambiaría en la medida en que él pudiese cambiar a aquellos que le rodeaban. Pero había cometido un error. Y los Maestros de la Tradición no pueden cometer errores. --¿No crees que eres muy joven? --Tengo veintiún años--dijo Brida--. Si quisiera aprender ballet ahora, ya me encontrarían demasiado vieja. El Mago le hizo una seña para que lo acompañase. Los dos comenzaron a caminar juntos por el bosque, en silencio. <> Esto significaba que posiblemente iba a sufrir. Brida estaba irritada por el silencio del hombre que caminaba a su lado; su última frase ni siquiera había merecido un comentario por parte de él. El suelo del bosque estaba húmedo, cubierto de hojas secas; ella también reparó en las sombras cambiantes y la noche cayendo rápidamente. Dentro de poco oscurecería, y ellos no llevaban ninguna linterna. <> Continuaron caminando. Él parecía andar sin rumbo, de un lado para otro, cambiando de dirección sin que ningún obstáculo estuviese interrumpiendo su camino. Más de una vez anduvieron en círculos, pasando tres o cuatro veces por el mismo lugar. <> Estaba resuelta a ir hasta el fin con aquella experiencia y procuraba demostrar que todo lo que estaba ocurriendo--inclusive las caminatas en círculo--eran cosas perfectamente normales. Había venido desde muy lejos, y había esperado mucho aquel encuentro. Dublín quedaba a casi 150 kilómetros de distancia, y los autobuses hasta aquella aldea eran incómodos y salían en horarios absurdos. Tuvo que levantarse temprano, viajar tres horas, preguntar por él en la pequeña ciudad, explicar lo que deseaba con un hombre tan extraño. Finalmente le indicaron la zona del bosque donde él acostumbraba estar durante el día, pero no sin antes alguien prevenirla de que él ya había intentado seducir a una de las mozas de la aldea. <>, pensó para sí. El camino ahora era una subida y ella comenzó a desear que el sol se demorase aún un poco más en el cielo. Tenía miedo de resbalar en las hojas húmedas que estaban en el suelo. --¿Por qué quieres aprender magia? Brida se alegró de que el silencio se rompiera. Repitió la misma respuesta de antes. Pero a él no le satisfizo. --Quizá quieras aprender magia porque es misteriosa y oculta. Porque tiene respuestas que pocos seres humanos consiguen encontrar en toda su vida. Pero, sobre todo, porque evoca un pasado romántico. Brida no dijo nada. No sabía qué decir. Se quedó deseando que él volviese a su silencio habitual porque tenía miedo de dar una respuesta que no gustase al Mago. Llegaron finalmente a lo alto de un monte, después de atravesar el bosque entero. El terreno allí tornábase rocoso y desprovisto de cualquier vegetación; pero era menos resbaladizo, y Brida acompañó al Mago sin ninguna dificultad. Él se sentó en la parte más alta, y pidió a Brida que hiciese lo mismo. --Otras personas ya estuvieron aquí antes--dijo el Mago--. Vinieron a pedirme que les enseñase magia. Pero yo ya enseñé todo lo que necesitaba enseñar, ya devolví a la Humanidad lo que ella me dio. Hoy quiero quedarme solo, subir a las montañas, cuidar las plantas y comulgar con Dios. --No es verdad--respondió la chica. --¿Qué no es verdad?--Él estaba sorprendido. --Quizá quiera comulgar con Dios. Pero no es verdad que quiera quedarse solo. Brida se arrepintió. Dijo todo aquello impulsivamente y ahora era demasiado tarde para remediar su error. Tal vez existiesen personas a quienes les gustase quedarse solas. Tal vez las mujeres necesitasen más a los hombres que los hombres a las mujeres. El Mago, no obstante, no parecía irritado cuando volvió a hablar. --Voy a hacerte una pregunta--dijo--. Tienes que ser absolutamente sincera en tu respuesta. Si me dices la verdad, te enseñaré lo que me pides. Si mientes, nunca más debes volver a este bosque. Brida respiró aliviada. Era tan sólo una pregunta. No precisaba mentir, eso era todo. Siempre consideró que los Maestros, para aceptar a sus discípulos, exigían cosas más difíciles. Se sentó enfrente de ella. Sus ojos estaban brillantes. --Supongamos que yo empiece a enseñarte lo que aprendí--dijo, con los ojos fijos en los de ella--. Comience a mostrarte los universos paralelos que nos rodean, los ángeles, la sabiduría de la Naturaleza, los misterios de la Tradición del Sol y de la Tradición de la Luna. Y cierto día, vas hasta la ciudad para comprar algunos alimentos y encuentras en mitad de la calle al hombre de tu vida. <>, pensó ella. Pero resolvió quedarse callada; la pregunta parecía más difícil de lo que había imaginado. --Él percibe lo mismo y consigue acercarse a ti. Os enamoráis. Tú continúas tus estudios conmigo, yo te muestro la sabiduría del Cosmos durante el día, él te muestra la sabiduría del Amor durante la noche. Pero llega un determinado momento en que ambas cosas ya no pueden seguir andando juntas. Necesitas escoger. Brida SPA Novela . Copyright © by Paulo Coelho. Reprinted by permission of HarperCollins Publishers, Inc. All rights reserved. Available now wherever books are sold. Excerpted from Brida by Paulo Coelho All rights reserved by the original copyright owners. Excerpts are provided for display purposes only and may not be reproduced, reprinted or distributed without the written permission of the publisher.